Bienvenidos

El otro día vi a un viejo compañero de clase. Hacía como unos... ¿6 años? Quizá 7, que no veía al sujeto en cuestión.
Recordamos viejos tiempos y estuvimos charlando un rato. "hay que ver como cambiamos con el tiempo.." dijo. Y era cierto. Yo fui un hombre cuando era niña. Me explico, me pasaba el día jugando a cromos con los chicos de mi clase, hablando del capítulo de ayer de dragon ball o simplemente jugando a fútbol con ellos. Él me respondió "sí, las que de pequeñas eráis chicos, de mayores os transformáis en señoritas, todas".
Yo pienso que quizá esto no pase con todas, pero en parte si tuvo razón.
Cuando somos más pequeños nos importa un comino si estamos peinados o bien vestidos, nos manchamos la ropa de barro y seguimos siendo felices, aunque vayamos con la ropa sucia por la calle. ¿qué más da?
Vamos creciendo, creciendo y creciendo y un día nos damos cuenta de que tenemos cremas de todo tipo para la piel, que si máscarillas, productos anti-ojeras, maquillaje.. incluso, ¡oh dios mío! tacones. ¿en qué me he transformado? Soy algo femenino que camina! Vale, he exagerado un poco mi feminidad, en realidad no tengo tantos ni tantos productos, pero sé que habéis cogido la idea.
Este pensamiento me vino hoy mientras estaba haciendo unas pequeñas compras en Druni. Me he gastado una cantidad de dinero considerable en productos de belleza, lo suficientemente considerable como para que me hayan dado un collar de Loreal como obsequio. Lo peor es que me siento bien por ello. Llevo meses planeando un pequeño cambio de imagen en esta chica descuidada que siempre va hecha un desastre a todas partes. Quedará genial.
De todas formas, lo que me hace sentir bien, no es llevar tacones o usar maquillaje de channel, si no el tener una personalidad tan mía y sonreír como una boba en momentos críticos.

Porque yo lo valgo.